El futuro es una de las mayores fuentes de ansiedad para muchas personas. Nos preocupamos por lo que nos deparará, por si podremos cumplir nuestros objetivos, por si estaremos preparados para los cambios y los desafíos. A veces, nos anticipamos a situaciones negativas que quizás nunca ocurran, y nos perdemos la oportunidad de disfrutar del presente.
Sin embargo, hay formas de afrontar el futuro con más calma y confianza. Una de ellas es tomar conciencia de nuestros pensamientos y emociones, y cuestionarlos cuando sean irracionales o exagerados. Podemos preguntarnos: ¿Qué evidencia tengo de que esto va a pasar? ¿Qué otras posibilidades hay? ¿Qué puedo hacer para prevenirlo o solucionarlo? ¿Qué recursos y apoyos tengo? ¿Qué he aprendido de experiencias pasadas?
Otra forma de afrontar el futuro es planificarlo de forma realista y flexible. Podemos establecer metas claras y específicas, pero también dejar espacio para la improvisación y la adaptación. Podemos anticipar los posibles obstáculos y prepararnos para ellos, pero también estar abiertos a las oportunidades y las sorpresas. Podemos revisar nuestros planes periódicamente y ajustarlos según nuestras necesidades y circunstancias.
Finalmente, una forma de afrontar el futuro es vivir el presente con plenitud y gratitud. Podemos aprovechar cada momento para hacer lo que nos gusta, para aprender algo nuevo, para compartir con los demás, para cuidarnos y cuidar el planeta. Podemos reconocer y valorar lo que tenemos, lo que hemos logrado, lo que hemos superado. Podemos celebrar nuestros éxitos y aprender de nuestros errores.
El futuro no es algo que nos acecha o nos amenaza, sino algo que podemos construir y disfrutar. Depende de nosotros cómo lo afrontamos y cómo lo vivimos.
¿Te gustaría aprender más sobre la astronomía y el origen del universo? Si es así, te recomiendo leer Cosmos de Carl Sagan, un libro que te lleva por un viaje desde el Big Bang hasta la exploración espacial.
Cosmos no es solo un libro de ciencia, sino también de historia, filosofía y cultura.
Nos cuenta cómo la humanidad fue descubriendo los secretos del cosmos a través de la observación, la experimentación y la imaginación. Nos muestra los logros y los desafíos de la ciencia, así como su impacto en nuestra sociedad y nuestro futuro.
Cosmos es un libro que se puede leer en fases, ya que cada capítulo aborda un tema diferente y se puede disfrutar por separado. Sin embargo, también hay una conexión entre ellos que forma una narrativa coherente y apasionante. Es un libro claro en su exposición, pero que no escatima en detalles y profundidad. A veces puede ser un poco técnico, pero siempre con el propósito de explicar los conceptos de forma rigurosa y accesible.
Si quieres ampliar tu visión del universo y de tu lugar en él, te invito a leer Cosmos de Carl Sagan. Es un libro que te hará pensar, sentir y maravillarte con la belleza y la complejidad de la realidad.
Homo Deus de Yuval Noah Harari nos enseña a mirar al futuro de manera humilde y práctica.
Nos enseña a comprender que vivimos en una constante evolución y que la tecnología moldea nuestro comportamiento y también está corriendo la frontera del concepto de humanidad.
Estos conceptos son parte de las ideas que ofrece este libro.
Homo Deus explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que configurarán el siglo XXI: desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia y la vida artificial.
Homo Deus parte de la premisa que la humanidad solucionó a nivel global los tres grandes problemas que han marcado nuestra existencia: la violencia, la salud y la alimentación. Como es habitual en Harari, toma una perspectiva de largo plazo, la visión amplia sobre cómo hemos avanzado desde que iniciamos la travesía como Homo Sapiens.
Ahora postula cuál será nuestro camino hacia un futuro lejano. La tecnología, la capacidad de almacenar, administrar y dar sentido a una gran cantidad de información será la precursora de grandes cambios para prolongar la vida y buscar la manera que el conocimiento y nuestra conciencia avancen en la evolución.
Postula al Homo Deus, como un ser capaz de controlar su entorno y lograr maravillas que hasta pocos siglos atrás solo eran atribuibles a deidades.
Este es un libro recomendable para darnos un espacio, mirar adelante y comprender también, con humildad, cual es el espacio que actualmente ocupamos en este mundo.
Aunque no lo creas, varios conceptos de Homo Deus ya están esparcidos en libros, películas o series de ciencia ficción.
Lo interesante es que esa ciencia ficción, desde una mirada seria, tiene sus bases en el mundo que estamos viviendo y construyendo.
Fundación es una serie de libros escritos por Issaac Asimov y tratan de cómo una ciencia matemática la “psicohistoria” predice con gran certeza en la caída y desintegración de un imperio galáctico existente en un futuro lejano de la humanidad. Esa ciencia matemática, reúne datos, analiza la historia antigua y toda la información existente en el universo para vaticinar el colapso de la civilización. Datos, análisis y predicción del futuro.
Westworld, la serie de televisión que comienza como un parque de diversiones donde androides recrean el lejano oeste. Luego, al pasar los capítulos vemos que los androides desarrollan conciencia y que el parque en sí es un proyecto secreto que recopilación de datos y conductas. Toda la información que generan los visitantes es captada, analizada y almacena. La idea final es que al resumir toda la información de las personas es posible recrearla y, por consiguiente, lograr la inmortalidad.
Netflix, tiene el documental “El dilema de las redes sociales” que habla sobre cómo la información que capturas estas empresas está moldeando nuestro comportamiento y, al mismo tiempo, nos manipulan para capturar nuestra atención y vender publicidad.
El sentido del documental es apremiante. Pero al mismo tiempo, comprendemos, que la administración de los datos que actualmente hacen Google, Facebook y Yandex, son un primer paso a lo que la tecnología permitirá hacer con algoritmos más avanzados.
En este caso Harari, en Homo Deus, explica que los algoritmos nos moldearán y son la base de avanzar en temas como la inmortalidad.
Los libros cuentan historias organizadas donde cada elemento narrativo tiene un propósito claro, a diferencia de la vida real, que está llena de situaciones y objetos sin significado definible. Esto genera incertidumbre en la experiencia cotidiana, mientras que en la ficción se busca y encuentra claridad en la narrativa.
Si un libro resulta pesado, se sugiere tomar otro sobre un tema diferente para aliviar la mente. Es importante no abandonar la lectura y mantener viva la pasión por ella. La variedad puede enriquecer la experiencia lectora y evitar la frustración.
El monje que vendió su Ferrari es un libro de autoayuda escrito por Robin Sharma que transforma la vida de quienes lo leen. A través de una narrativa inspiradora y lecciones prácticas, nos invita a explorar el potencial ilimitado que reside en cada uno de nosotros, ofreciendo herramientas valiosas para alcanzar una vida plena, significativa y…
En este artículo que revisé hace algunos días, el autor rescata la experiencia que están teniendo las personas con el teletrabajo durante esta contingencia sanitaria.
Indica al menos tres efectos que se sentirán luego de finalizada la crisis. Muchas personas probarán el teletrabajo y se darán cuenta que es viable, las empresas considerarán esta modalidad dentro de sus planes de trabajo y que probarán que tan segura y robusta es la tecnología para trabajar desde la distancia.
Sin duda, el coronavirus está haciendo que, al menos temporalmente, mucha gente cambie la forma de trabajar, probando fórmulas como el teletrabajo o la asistencia a congresos virtuales 3D. Entre los beneficios de ambas, además de ser respetuosas con el medioambiente, ya que permiten ahorrar toneladas de CO2, podríamos añadir que contribuyen a combatir otro de los grandes problemas actuales: la despoblación rural.
Sin embargo, hay un detalle que escapa a la tecnología y es la capacidad de las personas de llegar acuerdos y respetarlos. Parte de la coordinación de cualquier equipo es que los acuerdos valen porque las personas estrechan sus manos.
Hay procesos que se pueden hacer a distancia y es probable que muchos puestos de trabajos efectivamente puedan ejecutarse desde el hogar, pero también hay otras labores donde es necesario mantener un contacto real aunque sea mínimo. Creo que la tendencia será un mix entre ambos estilos. Tres días en la oficina y dos en el hogar o viceversa. O presencia en horario AM y en la tarde del hogar. Hay muchas alternativas. Lo importante es no cerrarse a los cambios que vendrán.
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