Madonna: “El público siempre quiere más”

Madonna 11 dic 2008
Dos horas de intenso show se hicieron poco para todos los que estuvimos en el Estadio Nacional el 11 de diciembre 2008.
A diferencia del día anterior, todos sabían que Madonna ya estaba en Chile. Había dado su primer concierto y todos sabían que no existen diferentes en las presentaciones.
Ese día en el escenario habían varios técnicos que revisaban luces y las seis pantallas del espectáculo. Subieron bailarines y los músicos ocuparon sus puestos. Entre tanta gente que había en el escenario nadie se dio cuenta la pequeña figura que estaba entre ellos. Madonna estaba hace varios minutos sin que nadie en la cancha y en galería se diera cuenta.
En un momento avanzó y llegó hasta el final de la pasarela, le pasaron la guitarra y una persona se puso junto a ella sosteniendo una sombrilla negra.
Saludó a la gente y preguntó si querían cantar. Eran pasadas las cinco de la tarde y cantó una parte de Miles Away. El ensayo siguió con “Spanish Lesson”, una parte de “You must love me” y “In to the groove”.
Entre canción y canción habló con el público y saludó a los que estábamos en cancha vip. Dijo que debíamos de acordarnos bien de los coros de “In to the groove” y Miles Away para que la acompañáramos en la noche.
Luego bajó del escenario, se acercó a varias personas, incluso bailó al lado de la pasarela y recordó que en la noche una de esas personas debía cantar el coro de “In to the groove” mientras ella saltaba la cuerda.
Al final saludó a todos y dijo en tono de broma “Vayanse a casa y regresen a la hora del show”.

Nadie se movió. Un grupo se sentó en el suelo y esperó pacientemente la hora del show. De vez en cuando, guardias de seguridad pasaban vasos con agua.
La espera se hizo más corta conversando con las personas que estaban en la misma que uno. Encontré a gente que vino de Concepción. La mayoría era de Santiago o Valparaíso. También estaban los que se quedaron a dormir para tener una buena ubicación.

Una de ellas mostraba en su brazo derecho el número quince. Ese número mostraba el orden de ingreso. Ella estaba al lado mío. Yo llegué poco antes de las cuatro de la tarde y quedé en el mismo sector. Me quedé callado y no le quise decir que su espera no sirvió de mucho. Había que llegar temprano, pero nunca tanto tampoco. No era necesario.
A las ocho en punto comenzó la presentación de Paul Oakenfold. Su repertorio avanzó por música de discoteca, algunos temas pop e incluso los Red Hot Chile Peppers y U2.

Algunos dijeron que el repertorio de los temas fue el mismo que el día anterior.
A las 21.40 el Estadio Nacional quedó a oscuras y comenzó el show. Las primeras imágenes son de un fábrica de dulces. Un candy de color rosa avanza por diferentes etapas mientras cae y literalmente llega al escenario. Candy Shop es el primer tema del show y Madonna aparece en un trono.

El show duró dos horas. No hubo momento de descanso. Saltó la cuerda, tomó la guitarra dijo que no se arrepentía de nada. Se rió de sus propios estilos de décadas pasadas, apareció en un Rolls-royce blanco, bailó al estilo gitano, cantó a capella y detuvo un par de minutos el show para que el público le gritara ídola.

Dos horas de show. Diez minutos antes del final preguntó al público si quería más. ¿Dos canciones más?, pregunto. La gente dijo que no, que quería más. Ella respondió “siempre el público quiere más”.
Y es verdad, todos querían más.

Enlace a más imágenes del concierto en Chile.

Enlace al video de la presión del 10 de diciembre de 2008.

Esta nota la escribí para la primera edición del diario ciudadano de Iquique Al abordaje.