Hace poco me hice un chequeo médico y me sorprendí al ver que tenía el colesterol alto. Había subido mucho desde el año pasado y me preocupé por mi salud. Me puse en manos de un #nutricionista y empecé a seguir una dieta más saludable, rica en frutas, verduras, cereales integrales y pescado. También me propuse hacer más ejercicio físico y reducir el estrés laboral y personal.
Hoy he encontrado un artículo muy interesante que explica cómo el estrés puede afectar al colesterol. Al parecer, el estrés crónico libera unas hormonas que aumentan la producción de grasas en el organismo y elevan el nivel de colesterol malo o LDL. Este tipo de colesterol se acumula en las arterias y dificulta la circulación de la sangre, lo que puede provocar problemas cardiovasculares graves.
Por eso, además de cuidar la #alimentación y el #ejercicio, es importante aprender a manejar el estrés de forma positiva. Hay muchas técnicas que pueden ayudarnos a relajarnos y a afrontar los desafíos con más calma.