Ser consciente de los tiempos muertos. Al igual que en las grandes empresas, la eficiencia se logra cuando logramos estar conscientes que en cualquier proceso que hagamos van a existir tiempos muertos. Una vez detectados, podremos empezar a evaluar cómo optimizarlos, disminuirlos o eliminarlos.

Ser consciente de las actividades que no generan valor. En el fondo, sabemos que en nuestro día a día hay muchas actividades de las que hacemos que no nos generan valor, pero por una u otra razón, no somos capaces de eliminarlas o no somos conscientes de que existen. La idea es concientizarnos de la presencia de esas actividades, y adoptar modelos y procesos que nos ayuden a detectar esas ‘fugas’ o estancamientos de valor.

Entender que el recurso más importante no es el dinero sino el tiempo. Los dos recursos son muy importantes, y el buen aprovechamiento del tiempo sin duda aumentará la productividad, lo que a su vez genera mejores resultados económicos.

3 maneras sencillas de aplicar la productividad a nuestra rutina diaria · publicado originalmente en el Canasto

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