En todo Chile la agricultura se desarrolló a un ritmo más lento. La incorporación de las tierras de La Araucanía, la demanda por productos agrícolas de los centros mineros del norte y la ampliación de las ciudades de Valparaíso y Santiago, impulsaron la utilización de nuevos espacios en los valles centrales.
La producción continuó orientada preferentemente al mercado interno y se componía de productos de chacarería, animales de engorda, cereales y legumbres.
La modernización en el sector agrícola estuvo representada por la construcción de canales de regadío y la introducción de cepas viñateras que modificaron la producción de vinos en la Zona Central.
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Mercado Central de Santiago |
Hasta la mitad del siglo XIX la industria en la zona de Santiago estaba limitada a una escala casi artesanal. Después de 1850 esta situación cambió. El crecimiento demográfico, la incorporación de capitales privados y la llegada de técnicos extranjeros permitieron desarrollar la industria del azúcar, muebles, zapatos, ropa, jabones y vidrios.
Los casos que mejor ejemplifican este cambio corresponden a la industria de la cerveza y la molinera, que se expandieron con capacidad para abastecer en todas las ciudades importantes de la época.
En esta época también nacieron en la zona central los primeros bancos chilenos y con ello la regularización de los primeros créditos financieros que permitieron apoyar en parte las inversiones que más adelante se ejecutaron en Tarapacá y Antofagasta.
Todo ello modernizó las formas de inversión y permitió la llegada de capitales extranjeros que se incorporaron a la expansión de los ferrocarriles, alumbrado urbano y actividades mineras.
– Este artículo está publicado en la sección La Guerra del Pacífico. Más información en el Capítulo 1: Chile en el siglo XIX y en la Bibliografía.