
Iquique, cuna de la música sound http://bit.ly/16pjv9Y
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Iquique, cuna de la música sound http://bit.ly/16pjv9Y
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Durante las décadas del 30 y 40 en los campamentos salitreros floreció una comunidad conformada por hombres y mujeres que trabajaban de sol a sol, enfrentándose a las inclemencias del tiempo para obtener lo necesario para subsistir.
Trabajaban, pero también tenían un alto sentido de la actividad comunitaria y del disfrute conjunto de las diversas manifestaciones artísticas, sobre todo música y teatro. Por lo mismo, la mayoría de las oficinas mantenía un conjunto que se encargaban de dar vida a sainetes, comedias, dramas, zarzuelas y sainetes líricos de autores chilenos.
Había compañías de músicos y actores que recorrían la pampa y gozaban de gran prestigio, entre los cuales destacaban como Manuel Cabezas, Pepe Codina, Oscar Picón, Senovia Castro, Fortunato Pinto, Marina y Rogelia Navarro, Nicolás La Rosa, entre otros.
Según recuerda Guillermo «Willie» Zegarra, actor de reconocida trayectoria Hijo Ilustre de Iquique y uno de los más destacados artistas pampinos de este siglo, «el arte era para el pampino tan importante como el alimento».
Nacido en 1906 en la Oficina «La Palma» que posteriormente fue rebautizada como Humbertone, guarda hermosos recuerdos de juventud.
«En las vacaciones de fin de año los grupos de teatro recorrían las salitreras guiados por grandes directores como Alfonso Jonhson y Ernesto Grendy. Existían también más de 50 actores de gran renombre a nivel nacional como Rolando Caiceo, Julio García y los hermanos Poblete por nombrar algunos de los que recorrieron todo Chile, parte de América y hasta Estados Unidos».
Las salas de los teatros en las oficinas se repletaban de gente, porque «existía una cultura teatral».
El actor precisa que a mediados de los años 30, la fama adquirida tanto en el teatro como en las actividades culturales en general, lo tentó a radicarse en la capital trabajando en compañías dirigidas por el pionero del teatro nacional, Juan Ibarra. «Durante casi cuatro años fui desde Arica hasta Castro, mostrando mi arte; pero lamentablemente la paga no era buena, por lo que regresé a Iquique. Aquí fui contratado por Elías Ferro Latapiat, Jefe de Bienestar de la Oficina Bellavista, como vigilante, aunque la verdad era que esta caballero me dio trabajo para formar el Teatro Obrero que dirigí desde 1936 a 1946».
Zegarra señala que durante el período que estuvo a cargo del teatro presentaron más de 30 obras recorriendo la mayoría de las oficinas salitreras y ciudades de la zona norte.
«La gente se engalanaba con sus mejores ropas y asistían en familia. Los temas que generalmente abordábamos estaban relacionados con la vida misma de la pampa y si bien algunos eran un poco picarescos, sólo retrataban la idiosincrasia del pampino».
Años más tarde, en 1950, los nombres de Jaime Torres, Cecilia Miller y otros actores vuelven a darle vida al teatro y conforman las bases de lo que será el Teatro de los Barrios que recorre el país dirigido principalmente hacia temáticas de carácter social. Esta agrupación funcionó en forma independiente sin fines de lucro hasta 1973.
En 1955 llega la escuela de temporada de la Universidad de Chile que trae nueva gente al Teatro de los Barrios, cambiando entonces su nombre por el de Academia de Experimentación Teatral. Esta Academia interpretaba obras de autores como Moliere, Daniel Barros Grez y Carlo Goldoni.
En 1959 la academia pasó a llamarse Teatro Independiente y permaneció trabajando hasta 1972. Paralelamente se forma la Agrupación Teatral Iquique que ponía en escena las últimas obras de escritores tanto iquiqueños como nacionales y extranjeros.
«Después, durante el período militar surgen nuevos grupos teatrales de tipo contestatario con gran contenido social», afirma Iván Vera Pinto actual director del Teatro «Expresión», dependiente de la Universidad Arturo Prat y con 24 años de trayectoria en Iquique.
«En los años 70 la Universidad del Norte contaba con un grupo de monitores de teatro dirigido por Jorge Reyes que efectuaban presentaciones en las poblaciones, a través de talleres dirigidos a jóvenes y adultos. Existió además entre 1970 y 1973 un grupo teatral de la Central Única de Trabajadores conducido por José Núñez y el grupo de Teatro Icaisa, formado por estudiantes del Liceo Bernardo O´Higgins asesorados por Adriano Peirano, Angelica Chang y Manuel Castro».
Asimismo inicia su trabajo en la misma época el teatro de «Viola Fénix» a cargo de Guillermo Ward que efectúa una labor de investigación y proyección teatral funcionando en la Escuela Artística «Violeta Parra».
En 1973 surge uno de los grupos teatrales de mayor trayectoria a nivel regional, el teatro del norte dirigido por Guillermo Jorquera, actual jefe de Cultura del Gobierno Regional, con un elenco conformado por gente de la comunidad con experiencia en el teatro y personas que tenían actitud para el arte. Este grupo, «Tenor» (Teatro del Norte), realiza su última presentación en 1998.
En 1979 se forma el Teatro Expresión bajo el alero de la sede Iquique de la Universidad de Chile. Desde entonces ha presentado más de 50 obras. Actualmente esta compañía es dirigida por Iván Vera Pinto.
Durante la década del noventa hubo un boom de compañías y agruaciones teatrales trabajando en la ciudad.
La Compañía Antifaz nació en 1993. Actualmente esta integrada por 26 jóvenes entre actores, bailarines y técnicos. Abraham Sanhueza es el director de la agrupación.
La compañía de Teatro No Más nació bajo el aleto de la Universidad Arturo Prat en marzo de 1990. Su director es Ramón Jorquera Rojas y durante estos años ha estrenado más de una decena de obras.
«Las Malas Juntas» es un grupo de teatro formado por alumnos de distintas carreras de la Unap. Nació en 1995 y alberga a más de diez jóvenes amantes de las tablas. Desde su creación ha presentado media docena de montajes en la Sala Veteranos del 79 y la sala mayor del Teatro Municipal. Actualmente la directora de la compañía Malas Juntas es Lissette Gómez.
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Si bien Iquique desde sus comienzos había tenido una activa vida nocturna, principalmente por el teatro, a partir de los años 40 cobra nuevos bríos con la presencia de grupos como «Los Rítmicos del Norte» que hacían bailar a los iquiqueños con sus voces, guitarras y mandolinas. La noche se movía al compás del valses, boleros, mambos y guarachas.
Durante los años 50 el ambiente se ve invadido por las baladas románticas de «Los Caminantes» que, imitando el estilo tropical de la Orquesta Huambalay y Dámaso Pérez Prado, animan clubes como Ludimar, Murex, Maxim y La Gaviota.
Los iquiqueños, acostumbrados a contar con espectáculos de calidad, llenan los principales centros culturales y de entretención.
En los años 60 las boites y centros nocturnos como el «Ragú» y «Nang King», iluminan la activa vida nocturna que había hecho famoso a este puerto. Los escenarios iquiqueños presentan a grupos como «Los Bingos» que con sus temas «El Zancudo Picarón» y «La Negra Juana» invaden las tres radios locales.
En tanto aparecen grupos como «Las Voces del Tamarugal», que con títulos como «A mi Puerto» y «Chimenea de Santa Laura» reflejaban su amor por esta tierra.
Mientras a nivel nacional surge un nuevo movimiento musical denominado «La Nueva Ola», que remece el principal centro de eventos de esta urbe, el Teatro Nacional. Esta sala de espectáculos ubicada entonces enfrente al actual Mercado Municipal, por calle Sargento Aldea, fue el lugar donde actuaron artistas como el «Pollo» Fuentes y Cecilia.
El teatro repletaba sus butacas con gente de todas las edades para ver a esas figuras nacionales, como también a grupos locales como «Ralbepp» y «Los New Demons».
Durante esta época y paralela a la aparición de los artistas chilenos se presentaron en la ciudad estrellas como Sandro, Salvatore Adamo, Libertad Lamarque, Miguel Aceves Mejías y Yaco Monti, que arribaban a la ciudad por avión, trastocando la actividad cotidiana de los iquiqueños.
Los años setenta estuvieron marcados por hechos que afectaron el proceso cultural que se estaba viviendo.
Iquique desde siempre había sido una ciudad nocturna, pero a partir de 1973, con la instauración del toque de queda, comenzaría un cambio en las actividades artísticas.
Los tambos y peñas se masificaban como formas de expresión popular, retornando al folklore y a las raíces andinas.
De esta manera los locales nocturnos tratan de adecuarse, pero muchos de ellos cierran.
En los años 80 y 90 los iquiqueños vuelven a asistir a espectáculos nocturnos. Nuevamente el teatro comienza a tomar fuerza, pero nunca más alcanzaría la importancia que tenía en la época del oro blanco.
«La época de oro del teatro y de casi todas las expresiones artísticas ha ido poco a poco decayendo, no en su calidad que continúa brindando espectáculos de gran nivel, sino en su número. Hoy ver teatro o a un artista, es un privilegio que lamentablemente no muchos saben apreciar», señala Willie Zegarra.
Los principales exponente de la música popular corresponde a los hermanos Prieto. Joaquín, como compositor y Antonio como intérprete. El tema «La Novia» traspasó las fronteras de la nación en la voz de Antonio Espinoza Prieto. Canciones como «Son rumores» o «Martín tenía un violín», viven en la memoria colectiva.
Los New Demonds
Iquique tuvo su Nueva Ola durante los años 60. Los mayores exponente en la ciudad fueron los New Demons. Su líder fue Rafael «Pato» Pineda y lograron grabar en 1968 «No llores por amor». Este disco fue éxito en Iquique, Lima, Arequipa y Tacna. «El camino» o la Avenida Balmaceda se transformó en el santuario de estos grupos musicales, especialmente durante la época de carnaval.También se presentaron en las sociedades de Socorros Mutuos que estaban repartidas en diferentes puntos del centro de la ciudad.
El primer himno a Iquique fue compuesto por Baldomero Castro y utilizó el seudónimo de Justo Miralles.
Mario Bahamonde en su libro «Guía de la Producción Intelectual Nortina» indica que Baldomero Castro «compuso el himno en Pisagua en 1889 y está destinado a glorificar la epopeya de Iquique. Se cantó en todas las escuelas de Chile entre 1890 y 1897».
El segundo himno fue creado en 1936 por Roberto López Meneses, «Canto lírico a Iquique». En él enfatizaban las cualidades humanas de los iquiqueños, denominando a la ciudad «pueblo singular».
El tercer himno pertenece a Julio García y se cantó en la década de los 40 y los 50. La letra versa sobre el desierto, el mar, las gestas militares y deportivas.
El músico boliviano Gilberto Rojas, es el autor del vals de Iquique. Nació en Oruro el 10 de marzo de 1916 y falleció el 21 de marzo de 1983, a los 67 años.
La letra del vals se refiere a las bondades del puerto y señala el gran amor que el orureño tuvo por la ciudad.
Corazón de la más lindas de las playas,
y bañada suavemente por el mar,
¡Oh, ciudad hospitalaria, no desmayes
en tu noble y cotidiano palpitar!
Imborrables son las noches en Iquique,
la avenida Balmaceda señorial,
en la vida nada hay que mortifique
el recuerdo de tu cielo angelical.
Iquique, sol de marino;
Iquique, flor de pasión,
Pupilas de ojos nortinos
que miran con emoción.
Cavancha, luz que fascina,
Hermoso el espigón.
Iquique, tierra divina,
Te llevo dentro del corazón.
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La composición que todos cantan en Iquique en la actualidad es un himno que fue escrito por el coronel Santiago Polanco Nuño en XXX.
El Himno a Iquique, creado cuando la bonanza de las pesqueras hacia olvidar la crisis salitrera, es una advertencia sobre el espejismo del progreso y desarrollo económico, los problemas que genera el centralismo e invita a luchar por seguir adelante en pro de la ciudad.
La música pertenece a Victorino Caqueo, destacado director de bandas militares, que aún vive en calle…
Santiago Renato Polanco Nuño nació en Viña del Mar el 3 de marzo de 1912. Se casó con María Elena Oyarzún Méndez. En Iquique vivió por varios años en casas ubicadas en calle Covadonga, Baquedano, Aníbal Pinto y en el segundo piso de Latorre 477.
Fue edecán del Presidente Carlos Ibáñez del Campo. Participó en la repatriación de los restos mortales de Gabriela Mistral desde Estados Unidos.
Falleció el 30 de octubre de 1980 en su tierra natal.
Si supimos vencer el olvido,
soportando un ocaso tenaz,
evitemos que en estos instantes,
el progreso nos pueda cegar.
Iquiqueños, arriba la frente,
y estrechémonos para cantar.
Que la fama de nuestros esfuerzos
ha cruzado la pampa y el mar
Coro
Cantemos con el alma estremecida
Iquique, Iquique, Iquique
Eres el gran amor de nuestras vidas,
mi viejo y heroico Iquique
Marchemos desde el puerto hasta
Cavancha
cantando, gritando, Iquique
Tu ambiente y la nobleza de tu gente
cautivan el corazón.
La riqueza que ahora renace,
y que viene del pródigo mar,
nos señala la ruta del arma
y avistamos la felicidad.
El destino de gloria y grandeza
que fijara la estrella inmortal,
hará fuerte y segura la mano,
que te guíe a la prosperidad.
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