El drama de escribir papers para casi nadie

El sistema reconoce antecedentes hasta el siglo XVII, aunque no todo gran descubrimiento se comunicó de esa manera. Darwin, por tomar un caso conspicuo, eligió desglosar la evolución en un libro a la vez divulgativo y técnico (Sobre el origen de las especies). Pero llegando a la tercera década del siglo XXI, los papers lucen ajados, burocráticos y asesinos de la innovación y la creatividad. Las quejas se suman entre los científicos (víctimas y victimarios): que hay demasiados, que muchos son insustanciales, que pocos se replican, que hay que hacerlos no para comunicar algo novedoso sino por obligación, que es un enorme negocio para ciertas editoriales (ninguno de los científicos cobran en el proceso). El viejo “publicar o perecer”, como en eterno retorno, parece más diabólico que divino. Origen: El drama de escribir papers para casi nadie