Años de Gloria de la Industria Pesquera

Iquique Siglo XX

Capítulo 50

El periodo entre 1980 y 1986 es considerado como el mejor de la industria pesquera llegando a capturar tres millones de toneladas métricas. El “olor a dólar” es la expresión más recurrente cuando las plantas iniciaban sus periodos de producción a toda máquina.
José Cáceres, tripulante pesquero,  ingresó a la industria en el mmento de mayor auge del sector. El recuerda que el boom de la sardina española  era comentado por todos, pero nadie se percataba que la sobreexplotación destruiría los recursos dentro de una década.
Otro punto que agudizó el problema se refiere al continuo aumento de la capacidad de las embarcaciones. En menos de 20 años, de una goleta para 80 toneladas, se había aumentado a 250.
De esta manera surge un nuevo cambio en la modalidad de trabajo. Las tripulaciones se reducen al mínimo necesario: once personas, es decir, un motonetista, un patrón de pesca y nueve trabajadores de cubierta.d

DECADENCIA

La sobreexplotación del recurso fue evidente en 1996. La sardina española desapareció de las costas iquiqueñas y nuevamente la industria nuevamente miró hacia la anchoveta que, aunque de menos valor comercial, tuvo que sustentar toda la economía de la ciudad. A pesar de estos cambios, a mediados de los noventa, hicieron su debut las embarcaciones de 550 y 600 toneladas, que redujeron la flota y la tecnificaron aún más.
Desde esa fecha en adelante el promedio extraído de anchoveta nunca superó el millón de toneladas y seguía bajando. El golpe de gracia lo daría más tarde el fenómeno del niño con sus aguas cálidas que espantó los cardúmenes hacia otras zonas.

HARINA PRIME

En los noventa el precio de la harina sufre una leve disminución. El mercado mundial ya no ve con los mismos ojos la harina corriente que se producía hace cuarenta años en Iquique. Los nuevos requerimientos del mercado de alimento para animales exigía un producto de mejor calidad: la harina prime.
Este producto más refinado está compuesto a base de anchoveta fresca. El principal requerimiento es que el pescado sea procesado a pocas horas de su extracción, con esto se asegura una harina de mejor calidad y mayores nutrientes.
En esta última etapa, según Hugo Herrera, la pesca industrial cambiará a lo que la comunidad está acostumbrada actualmente. “Ya no veremos grandes volúmenes de carga. Ahora lo esencial será la calidad y la entrega de una harina especial en concordancia a lo que pide el cliente.
Otro aspecto que prevé para esta nueva etapa es la tecnificación del trabajo y la mantención de un reducido grupo de tripulantes por cada nave. La dismoinución de la flota y la contratación a plazo fijo son las dos características que a su juicio, marcarán la industria pesquera del siglo XXI.