En 1891 un grupo de iquiqueños fundó la Sociedad Protectora de Empleados de Tarapacá. Frente al crecimiento de sus actividades los integrantes de la organización decidieron edificar la sede social. Las obras, dirigidas por Miguel Retornano, comenzaron en 1911 y finalizaron dos años después. Es uno de los primeros edificios sindicales de Chile.
Para la construcción del edificio eligieron el lugar más destacado de la ciudad: la Plaza Prat al lado del Teatro Municipal.
El edificio de la Protectora es la única construcción de albañilería de ladrillos considerada como patrimonio arquitectónico iquiqueño. La armadura de la techumbre es de pino oregón, la cual está cubierta de tejuelas estampadas de fierro galvanizado. Los cuatro faldones de fuerte pendiente del techo alojan las mansardas alumbradas por ventanas de anchos marcos circulares que demuestran la construcción de estilo neorenacentista francés de fin de siglo XIX.