Tarapacá entra al siglo XX

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Iquique siglo XX

Capítulo 33

Tarapacá entra al siglo XX

El esplendor salitrero en Iquique duró cuarenta años, entre 1880 y 1920, Durante este lapso múltiples construcciones convirtieron a la ciudad en una urbe cosmopolita. De esa época datan las viviendas de calle Baquedano, el Teatro Municipal, la torre del reloj de la Plaza de Armas, el edificio de las Sociedad Protectora de Empleados, el Casiño Español, el Palacios Astoreca, la catedral y, en forma posterior, el muelle de pasajeros.
Las grandes fiestas, una rica vida social, la llegada de artistas de renombre y la visita de personajes ilustres desde Santiago hicieron a Iquique el centro de la actividad cultural del norte del país y la «capital del salitre» con una gran influencia extranjera en sus costumbres.
En 1876 en Iquique había ocho mil personas, en 1885 la población alcanzaba las 15 mil almas y en 1907 el número de habitantes llegaba a los cuarenta mil.
A nivel económico, la situación también era auspiciosa, luego de la Guerra del Pacífico, la producción de salitre inicia una rápida escalada. En 1891 exportaron 789 mil 312 toneladas y en 1896 la cifra crece a un millón 107 mil 45 toneladas.
Al iniciar el siglo XX la industria seguía su expansión. En 1911 alcanzaba los dos millones 449 mil 515 toneladas y en 1916 llega a casi tres millones.

ELECTRICIDAD

A nivel social, Iquique mostraba signos de adelantos como el inicio del sistema de alumbrado a gas que funcionaba incluso en el Teatro Municipal en donde la araña de luces que estaba en el centro del salón usaba este sistema. Atrás del escenario estaba el piloto automático. Era común ver una pequeña flama que era regulada en forma similar a un cálefont actual.
Ya para 1920 entra definitivamente la electricidad a Iquique con la instalación de focos en el alumbrado público en vez de las tradicionales lámparas a gas.

EN LA PAMPA

En forma paralela al éxito de industriales y comerciantes se encontraba la masa obrera con múltiples deficiencias laborales y sociales. En 1900 la mano de obra en la pampa salitrera sobrepasaba los 21 mil trabajadores en 170 oficinas repartidas por el territorio de Tarapacá.
Parte del sistema para conseguir mano de obra consistía en el enganche de trabajadores desde el sur de Chile y de las comarcas peruanas y bolivianas. Hombres contratados por las salitreras recorrían el país pregonando las grandes expectativas económicas en Tarapacá.
En visitas y reuniones estas personas relataban que, con poco trabajo, se podía amasar  una pequeña fortuna  y regresar un par de años después a la tierra natal.

Sin embargo, como señala el historiador iquiqueños Leonel Lamagdelaine, las expectativas contrastaban con las condiciones laborales en que se desarrollaban las faenas y la vida salitrera en general.
Malas condiciones higiénicas, hacinamiento en los «buques», inexistencia del descanso dominical, vacaciones o indemnizacones por accidentes del trabajo, escasas medidas de seguridad en las faenas, falta de escuelas, hospitales, abusos en el sistema de pulperías donde la administración de las oficinas vendía los productos a precios elevados a través de fichas canjeables, iban en desmedro de la calidad de vida de las familias.


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Una respuesta a “Tarapacá entra al siglo XX”

  1. Avatar de pancha

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