Iquique y la Revolución de 1891

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Iquique Siglo XX

Capítulo 31

Iquique y la Revolución de 1891

Los intereses económicos de la industria salitrera y la lucha por el poder político fueron los principales ejes que desencadenaron la Revolución de 1891 entre el Presidente José Manuel Balmaceda y las fuerzas opositoras representadas por el Parlamento.
En este conflicto, Iquique y la provincia de Tarapacá ocuparon un papel preponderante al desencadenarse una huelga salitrera, la insurrección de la Armada y la creación de un gobierno paralelo.
Al asumir el poder, el programa de gobierno de Balmaceda era principalmente el engrandecimiento e independencia económica, llegando hasta la nacionalización e independencia económica, llegando hasta la nacionalización de las industrias, en especial las oficinas salitreras que hasta ese momento permanecían en manos de capitales ingleses o europeos.
Ante estos postulados, algunos sectores iniciaron una obstrucción total al trabajo de Balmaceda. Esta actitud se vio reflejada en los continuos cambios de gabinete ministerial debido al veto que ejercían los parlamentarios.
Las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo llegaron a su punto más álgido el 12 de junio de 1890 cuando el congreso decide aplazar la Ley de Presupuesto que autorizaba el cobro de las contribuciones. La medida continuaría hasta que el presidente Balmaceda nombrara un gabinete que diera plenas garantías de gobernabilidad.
Balmaceda responde el 1 de enero de 1891 cuando declara que concentra todo el poder en sus manos. Tres días después pone en rigor, a través de un simple decreto, la Ley de Presupuesto.
Como reacción, el Parlamento nombra una junta de gobierno que pretende reemplazar al Presidente. El 7 de enero la Escuadra Nacional se subleva. En la expedición embarcaron el capitán Jorge Montt, el capitán Francisco J. Lima, como jefe de estado Mayor, el vicepresidente del Senado Waldo Silva; y el presidente de la Cámara de Diputados, Ramón Barros Luco.
Ese mismo día Balmaceda supo del hecho, recibe el apoyo del Ejército, suspende las garantías constitucionales y cierra los periódicos, excepto La Nación de Santiago y el Comercio de Valparaíso.
Mientras la Escuadra Nacional se dirigía al norte para controlar la zona salitrera y así lograr el financiamiento para la guerra civil y sustentar el gobierno paralelo apoyado por el Parlamento, el ambiente en Tarapacá era de efervescencia política y social.

ENFRENTAMIENTOS

Durante meses, los trabajadores pampinos habían desarrollado movimientos de protestas y de reivindicaciones salariales, culpando a Balmaceda de su precaria condición social y económica. Al conocer sobre la insurrección de la Armada la población de Pisagua se pronunció a favor del Congreso.
El coronel Estanislao del Canto a cargo de las fuerza revolucionarias se instaló en las afueras de Pisagua para preparar a su gente. En tanto, fuerzas gobiernistas salieron de Iquique, que permanecía bloqueado por la Escuadra, en dirección a Huara. El primer combate ocurrió en Zapiga donde fueron derrotados. Otro fracaso para los revolucionarios ocurrió en la antigua estación ferroviaria “Hospicio”, ubicada a las afueras de Pisagua. Con esto, los gobiernistas dominaron el puerto a fines de enero.
Pero las fuerzas revolucionarias, comandadas por Del Canto no se rindieron y siguieron en la lucha hasta que el 17 de febrero fueron totalmente aniquilados en la estación de Huara por las fuerzas del coronel Eulogio Robles.
Con esta victoria se dirigieron a Iquique para controlar el puerto. Sin embargo, la acción fue detenida por 40 marinos que impidieron la ocupación resistiendo un combate que duró entre el 19 y 20 de febrero.
Las fuerzas gobiernistas se establecieron en Pozo Almonte, donde fueron sorprendidos el 7 de marzo por los batallones reorganizados del coronel Estanislao del Canto. Este enfrentamiento entregó en forma definitiva los territorios de Tacna, Arica, Tarapacá, Antofagasta y Atacama al gobierno convocado por el parlamento.

JUNTA PARALELA

La extensión de las zonas controladas originó que el 12 de abril se estableció una junta presidida por Jorge Montt. También se establecieron los ministerios de Relaciones Exteriores, Justicia, Instrucción, Hacienda, Guerra y Marina, Obras Públicas y de Interior.
Desde Iquique, el nuevo gobierno organizó la ofensiva hacia la zona central. Las torpederas Lynch y Condell lograron hundir al “Blanco Encalada”, mientras que el 21 de agosto tropas fieles al Parlamento desembarcaron e Quintero para lograr el dominio de Valparaíso.
Luego de varios combates, las tropas son completamente derrotadas en Placilla. El 28 de agosto Balmaceda dimite de su cargo y se refugia en la legación argentina. Después de presiones para apresarlo, José Manuel Balmaceda se suicida.
La junta se traslada a Valparaíso, llama a elecciones y comienza un periodo de predominio del Parlamento sobre el Presidente de la República.


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