Comercio ambulante en Iquique

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Decenas de páginas se han escrito a través de este medio respecto al comercio ambulante, el derecho que tienen de generar recursos para sus familias y los reclamos que realizan constantemente los comerciantes establecidos, quienes alegan por la diferencia de criterios y la falta de libre competencia entre quienes cumplen con la normativa vigente y quienes sólo se instalan en la vereda a vender sus productos.
La polémica apareció nuevamente la semana pasada luego que se diera a conocer el plan de la municipalidad de Iquique para ordenar el comercio ambulante en el centro de la ciudad. Era evidente que la presencia de carros e improvisados puestos en las principales calles del centro de Iquique se había transformado en un problema tanto en el tema del ordenamiento, como de la limpieza y la seguridad.
Durante el último año la presencia del comercio ambulante se disparó en el centro de Iquique, especialmente en las zonas más estrechas y con mayor afluencia de público, como las calles Tarapacá y Vivar.
Ante la presencia de los ambulantes, el comercio establecido ha mantenido firme su discurso. El comercio ambulante tiene que regularse y también establecer qué criterio se utiliza para definir esta actividad económica. Los comerciantes establecidos pagan arriendo, cumplen normas sanitarias y municipales, pagan impuestos, contratan dependientes y cumplen con toda la normativa que implica abrir un giro comercial.
“Oficialmente”, el ambulante puede vender un producto, debe mantenerse en movimiento y nunca quedarse fijo en un sólo punto. Un vendedor de helados, es un ejemplo claro de lo que se entiende como comercio ambulante. Sin embargo, la realidad dicta otra visión. Actualmente el comercio ambulante está presente en todas las calles de Iquique y cada uno de ellos abarca una gran gama de productos.
Bajo esta perspectiva, el municipio de Iquique dio un primer paso para ordenar la presencia de estas personas. Estableció como puntos de venta la plaza Condell y calle Lynch, entre Tarapacá y Serrano. Esta decisión focaliza la presencia comerciantes en un lugar específico y despeja los puntos de alta afluencia.
Es de todos conocido, que la presencia masiva de ambulantes, provoca varios efectos, entre ellos, reduce el espacio para el movimiento de los transeúntes y genera las condiciones para la presencia de antisociales que se aprovechan de la alta concentración de gente para robar.
Hasta el momento, el municipio de Iquique ha emitido 53 permisos para el comercio ambulante. En calle Lynch están autorizado 22 carritos y en la Plaza Condell hay 31 puntos bajo toldos provistos por el mismo municipio, mientras que nadie sabe lo que sucede en avenida Baquedano. El comercio establecido ya ha manifestado su disconformidad con la medida, especialmente los locales que están ubicados en Lynch. La medida del municipio es positiva en la medida en que sea provisoria y sirva para catastrar y controlar a las personas que ejercen el comercio ambulante.
Si bien es cierto que los ambulantes son emprendedores y merecen apoyo, ello no significa eludir las reglas del juego y competir deslealmente, por lo cual se deben regir con las mismas normas que aplican todos los ciudadanos y respetar los espacios públicos.


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