Esta semana viví una experiencia que me hizo reflexionar sobre algo fundamental: no tienes que elegir entre crecer profesionalmente, estar presente para tu familia o cuidar tu bienestar personal. Puedes ser todo eso a la vez, y aquí te comparto las claves que me han funcionado:
• Abraza tu multiplicidad de roles Deja de sentir culpa por ser diferente en cada espacio. La persona que colabora activamente en el trabajo, quien disfruta tiempo de calidad con seres queridos, y quien encuentra satisfacción en cuidar su cuerpo son todas versiones auténticas de ti mismo.
• Programa intencionalmente cada «mundo» No esperes que el equilibrio llegue solo. Planifica tiempo específico para cada área: dedica momentos completos a la familia sin distracciones laborales, establece espacios sagrados para tu bienestar personal, y cuando estés en modo profesional, entrégate completamente.
• Encuentra la conexión entre tus mundos Mi crecimiento en el trabajo me da confianza para ser mejor en mis relaciones familiares, mi tiempo con seres queridos me recarga para rendir laboralmente, y mi rutina de ejercicio me da la energía mental para ambos. Busca esas conexiones en tu propia vida.
• Celebra los pequeños momentos de cada mundo La conversación profunda con un familiar, el reconocimiento de un compañero de trabajo, la sensación de logro después de una rutina de ejercicio. Estos momentos no compiten entre sí, se suman.
• Permítete transiciones Dale espacio mental para cambiar de un mundo a otro. Un cambio de ciudad, de ambiente o de actividad puede ser también un viaje interno de un rol a otro.
La vida no tiene que ser una elección entre crecer profesionalmente O ser feliz O mantener buenas relaciones. Puede ser todo junto, una semana a la vez.