Esta es una pregunta que muchos nos hacemos, sobre todo cuando vemos las noticias y nos enteramos de los problemas y conflictos que hay en el mundo. Sin embargo, ¿es esta una forma justa de evaluar la realidad? ¿O estamos siendo demasiado pesimistas y olvidamos todo lo bueno que tenemos?
En este post, quiero compartir con ustedes mi opinión personal sobre este tema, inspirada por el libro “Todo está jodido”, un libro sobre la esperanza, de Mark Manson. Este autor plantea la paradoja de que, a pesar de que el mundo ha progresado mucho en muchos aspectos, las personas se sienten más ansiosas y desesperadas que nunca.
El mundo está mejor, pero…
Me sorprende que vivamos en una época donde todo está mucho mejor que hace 100, 500 o mil años. Vivimos más, tenemos derechos, seguridad, enfrentamos las enfermedades, tenemos mejor salud, muchas menos guerras y comodidades que un rey babilónico nunca tuvo. Sin embargo, a pesar de todo esto, hay una sensación de desesperanza y de que todo está mal. Pero no es así.
Creo que vivir en un mundo bueno es una opción que podemos elegir. Podemos dejar de ver todo negativo o solo enfocarnos en lo negativo. Podemos disfrutar de la vida, de lo que tenemos y aprovechar el momento que nos tocó vivir. Podemos ser agradecidos, optimistas y esperanzados. Podemos ser parte de la solución, no del problema.
La esperanza es la clave…
¿Por qué creo esto? Porque creo que la esperanza se basa en el sentimiento de control sobre nuestras vidas y en la búsqueda de algo mejor, pero que muchos de nosotros nos sentimos incapaces de controlarnos a nosotros mismos debido a problemas emocionales. Manson explica que los problemas de autocontrol son problemas emocionales, no lógicos, y que son más difíciles de resolver porque no hay fórmulas o ecuaciones que nos ayuden a gestionar nuestras emociones.
Sin embargo, también nos muestra que las emociones son esenciales para tomar decisiones y tener autocontrol. Nos cuenta el caso de Elliot, un hombre que sufrió una lesión cerebral que le impidió sentir emociones, y cómo esto le hizo incapaz de tomar decisiones simples y racionales. También nos habla de Tom Waits, un músico alcohólico que prefirió tener el problema de la pasión por la botella a no tener pasión en absoluto, para ilustrar cómo nuestros impulsos rebeldes nos hacen humanos y nos dan esperanza.
Lo que deberíamos ser
Manson también introduce la idea de la brecha moral, que es la diferencia entre lo que creemos que deberíamos ser y lo que somos en realidad, y cómo esta brecha genera emociones como la tristeza, la rabia, la felicidad o la culpa. Nos dice que debemos evitar caer en la rendición a la brecha moral, que consiste en aceptar que somos inferiores y merecemos el maltrato de la vida, lo que produce vergüenza o baja autoestima. Pero tampoco debemos caer en el extremo opuesto: sentirnos superiores y merecer el éxito de la vida.
Lo que debemos hacer es aceptar nuestra imperfección y nuestra vulnerabilidad, y usarlas como una fuente de fuerza y compasión. Debemos reconocer nuestros valores y cambiarlos cuando sean dañinos o inútiles. Debemos divertirnos con lo que hacemos y con lo que somos, sin sentir pérdida o arrepentimiento. Debemos encontrar un propósito mayor que nosotros mismos y contribuir al bien común.
En definitiva, debemos crear nuestra propia esperanza, basada en nuestra propia responsabilidad y libertad. No podemos depender de las circunstancias externas o de las opiniones ajenas para sentirnos bien o mal. Podemos elegir ver el mundo como un lugar bueno o malo, pero también podemos elegir hacerlo mejor.
En resumen
He tratado de mostrarles que, aunque el mundo tiene muchos problemas, también tiene muchas cosas buenas que a veces olvidamos. He tratado de convencerles de que podemos elegir vivir en un mundo bueno, si aprendemos a controlar nuestras emociones, nuestros valores y nuestro propósito. Y he tratado de inspirarles a crear su propia esperanza, basada en su propia responsabilidad y libertad.
Espero que este post les haya gustado y les haya hecho reflexionar sobre su propia visión del mundo. Les invito a leer el libro de Manson si quieren profundizar más en estas ideas. Y recuerden: disfruten de su puto café.
Para sentirnos mejor en un mundo imperfecto:
- Aceptar nuestra imperfección y nuestra vulnerabilidad, y usarlas como una fuente de fuerza y compasión. No debemos compararnos con los demás ni con ideales inalcanzables, sino reconocer nuestro valor y nuestro potencial.
- Reconocer nuestros valores y cambiarlos cuando sean dañinos o inútiles. No debemos dejarnos llevar por valores superficiales o egoístas, sino buscar valores que nos hagan crecer y contribuir al bien común.
- Divertirnos con lo que hacemos y con lo que somos, sin sentir pérdida o arrepentimiento. No debemos tomarnos la vida demasiado en serio ni aferrarnos al pasado, sino disfrutar del presente y aprender de las experiencias.
- Encontrar un propósito mayor que nosotros mismos y contribuir al bien común. No debemos vivir solo para nosotros mismos ni para satisfacer nuestros deseos, sino para hacer del mundo un lugar mejor y ayudar a los demás.
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