Iquique es una ciudad de promesas. Hoy en La Estrella aparece una editorial sobre los proyectos que se anunciaron hace años y que aún están en carpeta. Los proyectos pueden estar detenidos por varias razones:
- Falta de dinero.
- Desorganización.
- Los proyectos son impracticables, pero igual fueron anunciados.
Razones pueden haber muchas, pero la realidad es categórica. No existen obras de desarrollo en la ciudad.
La editorial la escribí yo e hice una comparación que puede ser odiosa, pero es real. En Antofagasta hay más población, pero las obras que se comienza, se terminan en el plazo estipulado. Parece increíble, pero es verdad. En Iquique no ocurre eso.
Enumerar los proyectos que están «en carpeta» o «a punto de materializarse» en Iquique es un ejercicio que ocuparía varias páginas. Tanto el Gobierno Regional como el municipio se han embarcado y anunciado durante la última década diversas iniciativas que no han llegado a buen término. Son muchos los casos que han quedado a medias o que simplemente no se concretaron por su alto costo o sus dimensiones logísticas.
Ya son parte del paisaje las banderas negras y el letrero que muestra el rechazo de las familias a las expropiaciones en calle Las Cabras. A su vez, el mejoramiento de la ruta de acceso al puerto es un tema pendiente, así como el anuncio que en enero de 2006 comenzarían las obras para el paso bajo nivel en el barrio industrial de la Zofri.
Emblemático es el caso de la liga de fútbol infantil Arturo Prat que salió de la antigua cancha Dragoncitos de Cavancha para trasladarse a un complejo deportivo en Cerro Dragón. Actualmente en esas canchas no se ha realizado ninguna obra de adelanto que muestre el inicio de un centro deportivo. Y es más, el municipio hasta perdió el comodato.
Estos ejemplos demuestran que en Iquique existe un problema que va más allá de los recursos financieros. Somos una ciudad con una gran actividad económica, con un desarrollo social importante y con autoridades interesadas en el trabajo en conjunto. Sin embargo, es evidente que la ciudad vive una etapa de estancamiento y no existen obras de embergadura, salvo el segundo acceso. Es cuestión de revisar los recortes de prensa en los últimos dos años.
La crisis de iniciativas y desarrollo es aún más evidente si se compara con otras ciudades del Norte Grande. Guardando las diferencias a nivel de población, Antofagasta vive una pujanza nunca antes vista. En septiembre se verán concluidas dos grandes obras como son la construcción del centro comercial más grande del norte y también la inauguración de las obras de acceso norte de la ciudad, que incluye la solución de un nudo vial con un paso bajo nivel en el sector de La Chimba.
También ya es posible apreciar los trabajos para la construcción de la nueva avenida Salvador Allende que implica el mejoramiento del acceso a Antofagasta por el Salar del Carmen. El proceso de expropiación finalizó hace meses e involucró a casi veinte cuadras de esta importante arteria de la capital de la Segunda Región.
Ante este escenario sólo queda preguntarse ¿Qué está sucediendo en Iquique?, ¿Cuál es la responsabilidad de las autoridades y del sector privado? Es cierto que la ciudad enfrentó hace un año un terremoto que quebró el ritmo de vida de los iquiqueños, pero también es cierto que los grandes proyectos vienen de mucho antes y requieren tiempo para su gestación.
Al parecer, todos los involucrados en el futuro de Iquique necesitan asumir un rol más activo y unir sus fuerzas para trabajar en favor del desarrollo.
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