En la era digital, caemos en el gran error de saturar nuestra mente con videos verticales. Es como activar el piloto automático mental: una trampa donde la creatividad se estanca y el pensamiento crítico se desvanece. Nos convertimos en receptores pasivos de información efímera, un relleno que ocupa el vacío mental, distrayéndonos de la realidad y nuestras emociones. Este es mi mayor temor y error: permitir que mi mente se adormezca en este modo automático, perdiendo la esencia de lo que significa pensar y sentir verdaderamente. Es hora de despertar y tomar control consciente de nuestro consumo digital.
Etiqueta: idea
-
Suscríbete para seguir leyendo
Suscríbete para obtener acceso al contenido íntegro de esta entrada y demás contenido exclusivo para suscriptores.
Siempre
–––––––
-
NO DESPERDICIES TU TIEMPO Y ENERGÍA EN LO QUE NO TE APASIONA. ELIGE CON SABIDURÍA LO QUE TE HACE FELIZ.
–––––––
-
Sugerencia de escritura del día¿Te pasas más tiempo pensando en el futuro o en el pasado? ¿Por qué?
El futuro es una de las mayores fuentes de ansiedad para muchas personas. Nos preocupamos por lo que nos deparará, por si podremos cumplir nuestros objetivos, por si estaremos preparados para los cambios y los desafíos. A veces, nos anticipamos a situaciones negativas que quizás nunca ocurran, y nos perdemos la oportunidad de disfrutar del presente.
Sin embargo, hay formas de afrontar el futuro con más calma y confianza. Una de ellas es tomar conciencia de nuestros pensamientos y emociones, y cuestionarlos cuando sean irracionales o exagerados. Podemos preguntarnos: ¿Qué evidencia tengo de que esto va a pasar? ¿Qué otras posibilidades hay? ¿Qué puedo hacer para prevenirlo o solucionarlo? ¿Qué recursos y apoyos tengo? ¿Qué he aprendido de experiencias pasadas?
Otra forma de afrontar el futuro es planificarlo de forma realista y flexible. Podemos establecer metas claras y específicas, pero también dejar espacio para la improvisación y la adaptación. Podemos anticipar los posibles obstáculos y prepararnos para ellos, pero también estar abiertos a las oportunidades y las sorpresas. Podemos revisar nuestros planes periódicamente y ajustarlos según nuestras necesidades y circunstancias.
Finalmente, una forma de afrontar el futuro es vivir el presente con plenitud y gratitud. Podemos aprovechar cada momento para hacer lo que nos gusta, para aprender algo nuevo, para compartir con los demás, para cuidarnos y cuidar el planeta. Podemos reconocer y valorar lo que tenemos, lo que hemos logrado, lo que hemos superado. Podemos celebrar nuestros éxitos y aprender de nuestros errores.
El futuro no es algo que nos acecha o nos amenaza, sino algo que podemos construir y disfrutar. Depende de nosotros cómo lo afrontamos y cómo lo vivimos.