El troll no busca el diálogo democrático y no elabora un ápice sus comentarios. Sólo quiere escribir el comentario más xenófobo, chovinista, machista, homófobo, insensato y políticamente incorrecto que pueda quedar grabado en una página Web. Ese es el Troll. Cuando existe la moderación que borra o no autoriza sus comentarios, el Troll reclama airadamente en otros medios sociales por la censura a que fue sometida su diatriba”.
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