La Cultura Chinchorro evolucionó y sus descendientes lograron extenderse por todo el litoral del norte de Chile y del sur del Perú, desarrollando constantemente nuevas tecnologías, como artefactos en piedras, cuarzo o basalto como punta de arpones, cuchillos, elaborados y rapadores de pieles.

Para confeccionar sus herramientas golpeaban las piedras directamente en la roca. Los trozos desprendidos en forma de láminas era afilados y retocados para su uso doméstico.

Para la recolección, utilizaban “chopes”, una especie de cucharón de hueso para desconchar los mariscos.

Para sus continuos viajes por el borde litoral llevaban agua en bolsas elaboradas en vientres o vejigas de lobo marino. Cerca del año 300 AC, el desarrollo los llevó a internarse mar adentro gracias a las embarcaciones fabricadas con cueros inflados de lobos marinos. De esta manera lograron alcanzar grandes cardúmenes, lo que posibilitó aumentar su excedente de recursos y a su vez mejorar su interacción con los asentamientos de la depresión intermedia.

Con la navegación extendieron su presencia en todas las caletas de abrigo del litoral y diversificaron su dieta gracias a la caza de albacora y cetáceos menores utilizando arpones de piedra y cuerdas de cuero.

El faenamiento de la caza se realizaba incluso con dientes de tiburón.

Los turbantes deformadores de cráneos eran parte importante de la vestimenta de los hombres primitivos. En un principios eran confeccionados con pelo humano. Luego evolucionaron hacia otro tipo de textiles, como lana de auquénidos y fibra vegetal. Era posible conocer la procedencia de la persona a través de la manera en que estaba deformada la cabeza.

Iquique, 10.000 años de historia




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