Hace pocas semanas que José Sulantay, el entrenador de Municipal Iquique, se integró al trabajo en el equipo luego de someterse a una operación coronaria. Municipal Iquique no se encuentra bien. Hace más de diez fechas que no conoce de Victorias.
Hay que reconocerlo. El equipo no se encuentra bien. Todos saben la manera en que Sulantay dispone a los jugadores en la cancha. Todos los entrenadores de Chile saben cómo deben enfrentar a Municipal Iquique. No hay sorpresas en la alinación.
El otro problema es el rendimiento. Los refuerzos que trajo Sulantay no han dado resultados. Los goleadores no han hecho goles.
Han pasado las fechas y hemos vistos una seguidilla de empates. La gente está perdiendo las ganas. Las gente sin ganas, no va a los estadios.
En algunas radios de Iquique la crítica ha sido destructiva, muy negativa. Sulantay no le gustó esto, agarró a todos los medios y los metió a todos en un sacó.
Sulantay está molesto y se desquita con lo primero que tiene a mano.
Ahora Sulantay asumió una actitud que la hemos visto en otros casos cuando van perdiendo y las cosas no son fáciles.
Ahora Sulantay no quiere hablar.
Dijo que no quiere hablar con ningún medio local.
Está bien.
Lo acepto.
Pero yo como hincha y accionista, quiero goles.
Sulantay tiene que hablar a través de los goles y partidos ganados.
Si no hay goles y partidos ganados, es mejor que de verdad se quede callado.
Sulantay debiera separar las aguas. En este mundo hay periodistas, reporteros, comunicadores y rifleros.
Los rifleros son una lacra.
