


En un país que se dice conservador, donde el resto del mundo nos califica como el país más conservador de latinoamérica, la asunción de Michelle Bachelet a la presidencia de Chile marca una simple declaración: Chile no es un país conservador como se pensaba.
Michelle Bachelet es divorciada, madre soltera y agnóstica. Tres características que hace diez años atrás eran mal mirados en este país por el sector más rancio de los chilenos.
No creo que Chile sea un país conservador. Somos más progresistas de lo que pensamos. Lo que pasa es que por muchos años el chileno común y corriente permanecimos callados y sin opinión. Desde ayer es distinto.
